29.10.09

Botox, implantes y muerte.

Alejandra Guzmán es una de las miles de víctimas en México que casi pierden la vida a manos de un “especialista de la belleza”. Basta con saber que la Universidad Anahuac del Norte y otras tantas universidades públicas del país preparan a cualquier persona, en un diplomado de tres semanas, para hacer liposucciones.

Es un negocio redondo pues con ocho mil pesos pueden abrir su clínica; ya que tienen su diploma en mano y pueden recibir clientes. Las cifras son alarmantes, la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica informó que imparten este tipo de diplomados a 2 mil personas al año. De los cuales muchos no tienen ni la preparatoria terminada.


Más allá de eso, el problema es integral. ¿Cuál es el motivo de que todas las mujeres de todo tipo de estrato social, busquen someterse a distintos procedimientos de belleza? La respuesta es multifactorial, pero todos los puntos convergen en la necesidad de aceptación y de entrar en un estereotipo de belleza. El problema es que esos estereotipos son importados, no se aproximan a la realidad de la mujer mexicana. Si a eso le agregamos la manipulación por computadora se crean cánones de belleza inalcanzables para todos. Prueba de eso es la visión de belleza de Ralph Lauren.



El año pasado, la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica publicó que el número de mujeres que se someten a una liposucción ha aumentado 50 por ciento en los últimos cinco años en México, y ya no se limita sólo a chicas jóvenes, ni tampoco a las de clase media alta.

Las operaciones son costosas, y los hospitales aún más. Lo más común que es un implante de mamas cuesta alrededor de 50 mil pesos al que se debe agregar el costo del hospital. En las clínicas los tratamientos pueden ser desde mil pesos. Es por eso que proliferan las clínicas económicas en donde inyectan desde agua, hasta aceite de automóvil. Tal fue el caso de la matabellas, falsa cirujana arrestada hace más de siete años en México.

El problema de acudir a lugares como estos es que el paciente puede perder la vida, sea por la muerte, perder definitivamente capacidades cognitivas o por requerir de una amputación sobrevivir.

Con información de La Jornada y El Universal.

1 comentarios :

  1. esquinacorintia dijo...

    Muy bien por dar el crédito a los periódicos de donde extrae su fuentes.

    Me gusta el tono y la facilidad con que va contando en qué va el asunto de la cirugía plástica.

    Este texto es una columna, no precisamente un ártículo, pero está bien redactado y, como siempre, ameno.

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